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lunes, 9 de mayo de 2016

PASOS PARA INICIAR LA FORMACIÓN FINANCIERA A NUESTROS HIJOS



1.Establecer los propósitos que tenemos en relación con la formación financiera.
Para lograr esto es importante que los padres se respondan: ¿Qué desea lograr al brindar a sus hijos una formación financiera? La respuesta a esta pregunta va a permitirle orientar sus acciones, actividades y recursos para que la formación financiera que brinde lleve a nuestros hijos a donde deseemos.
Veamos algunas posibles respuestas a esta pregunta: Algunos padres desean que sus hijos manejen el dinero con base en valores. Por ejemplo, desean que sus hijos sean honestos, respetuosos, cumplidos, responsables, generosos, etc. Para otros padres puede ser importante que sus hijos desarrollen Características y Actitudes Positivas hacia el dinero, que les permitan ser prósperos, atraer y sentirse bien con la riqueza (poca o mucha) que tengan. Otros pueden desear que sus hijos desarrollen Comportamientos Económicos que les permitan ganar dinero y administrarlo de formas adecuadas, Otro deseo es que los hijos tengan conocimientos económicos básicos para manejarse en el mundo de las finanzas: Saber qué es un cheque, cómo se diligencia, cuándo darlo y cuándo no; conocer el manejo de las tarjetas de crédito y débito; saber lo que son intereses simples y compuestos, entender cómo nos afectan la devaluación, la revaluación, la inflación y poder explicar en qué consiste cada una, etc.
Otro propósito que pueden tener los padres es que los hijos desarrollen, en relación con el dinero, procesos de pensamiento pertinentes a situaciones específicas. Podemos incluir cuatro tipos de pensamiento: Pensamiento literal, los cuales consisten en obtener información tal cual se ve, se escucha, se lee, etc. Por ejemplo, si los hijos están leyendo un contrato, requieren un excelente pensamiento literal, para poder decir cuáles son los términos y condiciones que aparecen en el contrato. Pensamiento Lógico: Consiste en obtener información relevante o esencial, aislar mentalmente o considerar por separado las cualidades o esencia de algo que se ve, se escucha, se lee, comprendiendo qué es lo importante y lo accidental. Por ejemplo, se requiere que ante una propaganda que invita a comprar un artículo, los hijos puedan analizar la propaganda, qué se pretende con ella, cómo están acercándose al consumidor, etc. Pensamiento Estratégico: Consiste en elegir el paso más apropiado entre una multitud de pasos posibles, a fin de resolver un problema. Se utiliza por ejemplo cuando los hijos van a invertir su dinero, y se encuentran frente a distintas posibilidades, el que puedan ver las ventajas y desventajas de cada posibilidad para elegir la que más se ajuste a sus necesidades y deseos. Pensamiento Creativo: Consiste en transformar o crear ideas. Es básico este pensamiento cuando los hijos se sientan a idear diversas formas en que puede ganar dinero.
Aunque no está mal establecer un solo propósito o un propósito parcial, como no lo es tener una visión exclusivamente profesional y no en todas las dimensiones de nuestra vida, lo ideal es que los propósitos que los padres tengan de la formación financiera dada a sus hijos, incluyan varios aspectos, de tal manera que se brinde una educación completa en relación con las finanzas.
El tener claro lo que se desea lograr al brindar una educación financiera, es decir, el tener claro los propósitos, orienta los esfuerzos y las actividades de los padres y permite más tarde, evaluar qué tan acertada fue la formación brindada.
Si formamos financieramente a nuestros hijos sin tener claro hacia dónde nos dirigimos, es posible que no lleguemos a ninguna parte.

2. Establecer Metas y Submetas.
Estas metas y submetas se constituyen en pequeños pasos que nos van acercando a lograr los propósitos, deseos o sueños que nos hemos propuesto. Es importante concretar metas y submetas para cada aspecto qué queremos enseñar. Para nuestro propósito de educar financieramente con base en valores, es importante concretar cuáles valores deseamos que nuestros hijos vivan. Un valor sería la honestidad. Nuestra meta es Facilitar que nuestros hijos sean honestos. Otros valores que se constituyen en metas, son: Que los hijos sean financieramente responsables, cumplidos, generosos, justos, etc.
Una vez que tenemos las metas, podemos concretarlas aún más en lo que llamamos submetas. Algunas submetas para facilitar que nuestros hijos sean honestos, son: manejar correctamente el dinero de ellos mismos y de otras personas. devolver “las vueltos” que recibe al hacer un mandado a la tienda, dejar el dinero en el sitio en que sus padres u otras personas lo dejaron, no tomar dinero de otras personas sin solicitarlo y si reciben un “no” como respuesta, respetar esa decisión, ser claro en las cuentas y distribuir el dinero de acuerdo con lo pactad, al hacer un negocio con otras personas, pagar el valor de lo que desea comprar cuando entra a una tienda, devolver a su dueño el dinero y objetos que le prestan, etc.
Asimismo, podemos establecer submetas para cada uno de los valores que deseamos enseñar, dentro de la formación financiera. Por ejemplo, si deseamos que nuestros hijos sean responsables. Esto puede implicar responder por las propias acciones, sin descargar nuestras faltas sobre los demás, al gastar dinero en compras de bienes o servicios, comparar lo que nos cuestan estos en distintos lugares, de tal manera que usemos responsablemente el dinero, sin malgastarlo.
Es importante establecer metas y submetas para cada uno de los propósitos que nos hemos propuesto y que deseamos enseñar en relación con la formación financiera de nuestros hijos.

3. Determinar los saberes previos de nuestros hijos.
Una vez que sabemos lo que queremos lograr con la formación financiera y tenemos claras las metas y submetas, es importante determinar en qué punto se encuentran nuestros hijos en relación con el propósito establecido. Por ejemplo, si deseamos que nuestros hijos tengan creencias positivas hacia el dinero, debemos indagar cuáles son las creencias actuales que manifiestan con quienes va a trabajar. ¿Los hijos piensan que los ricos son personas malas?, ¿Los hijos creen que tener dinero trae problemas?, ¿Los hijos piensan que solo las personas pobres son honradas?, etc. En la medida en que averigüemos los saberes previos de nuestros hijos, podremos determinar por dónde iniciar la formación.

4.Idear o realizar actividades con las cuales se cumplan las submetas establecidas.
No se trata de hacer actividades por hacer actividades. Se trata de realizar actividades que a la luz posterior de una reflexión, permitan a nuestros hijos relacionarlas con las submetas que estamos trabajando. Las actividades deben ser concretas para nuestros hijos más pequeños, y a medida que avancen en edad pueden ser más abstractas. Con las actividades y la reflexión que de ellas se desprendan se busca favorecer el aprendizaje significativo, es decir, facilitar que nuestros hijos comprendan lo que se quiere enseñar a través de dichas actividades.
Las actividades que más disfrutan y con las cuales aprenden muy bien, son las lúdicas es decir aquellas que utilizan el juego para dar una formación financiera: Que los hijos jueguen a la tienda, al banco, a hacer publicidad a un objeto cualquiera. Que los hijos coloreen, dibujen, se muevan y a través del movimiento trabajen procesos y contenidos. Otras actividades que también facilitan el aprendizaje son las narraciones: Los cuentos, las fábulas, las historias, permiten transmitir valores, actitudes, creencias y los contenidos que queremos enseñar.
Al elegir las actividades es importante tener en cuenta que trabajen las distintas inteligencias que usan los niños para aprender: Realizar actividades para la Inteligencia lingüística, para la inteligencia lógico-matemática, para las inteligencias espacial, musical, corporal, interpersonal e intrapersonal.
Al trabajar los contenidos financieros, es importante recordar que la manera como los presentemos facilita o dificulta el aprendizaje. Podemos tener en cuenta los siguientes planteamientos: Realizar con los hijos más pequeños actividades donde ellos actúen o realicen acciones sobre los objetos, utilizar con los hijos más grandes representaciones gráficas como fotos, diagramas, mapas, dibujos (presentación Icónica) y utilizar con hijos mayores símbolos como palabras y números (presentación simbólica). Al iniciar la enseñanza de un contenido nuevo, es importante realizar los distintos tipos de presentación, lo cual implica ir de lo concreto a lo formal.

5. Evaluar lo aprendido.
Es importante que frecuentemente evaluemos qué tanto estamos logrando las submetas: Los hijos, ahorran?, diferencian los valores de los distintos billetes?, mantienen hábitos de higiene saludables en relación con el dinero?, saben hacer compras comparadas?, distinguen entre necesidades y deseos?, aceptan que se les diga “no” sin hacer berrinches?, comparten con sus amigos?, son generosos con quienes poseen menos que ellos?. Evaluar nos permite determinar en qué aspectos hay que enfatizar, cuáles son las fortalezas y las debilidades de nuestra formación y podemos actuar sobre ellas. Al evaluar los aprendizajes que nuestros hijos logran, podemos decir qué tanto han Aprendido a Tener.

Si nuestros hijos Aprenden a Tener, pueden relacionarse con sus posesiones poniéndolas en perspectiva, es decir reconociendo que son un medio en sus vidas y no un fin. En la medida que brindemos una educación financiera a nuestros hijos, podrán ser cada día mejores personas y trabajar por dejar huella y un mundo mejor.
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